sábado, 29 de agosto de 2015

Agosto de 2006: la hecatombe de los Merkava israelíes en el Sur del Líbano

Agosto de 2006: la hecatombe de los Merkava israelíes en el Sur del Líbano
El 14 de Agosto de 2006, y tras 33 días de feroz ofensiva israelí en el Líbano con el objetivo de eliminar a la Resistencia y sus partidarios, el cese el fuego entró en vigor.

La amplitud de la destrucción infligida a la infraestructura del Líbano, en los edificios residenciales y en los sectores vitales, y el elevado número de víctimas entre los civiles son conocidos de todos.

Pero, como en toda guerra, algunos hechos cruciales en su desarrollo continúan ocultos y se han visto relegados por las imágenes de las víctimas y las atrocidades. Sin embargo, un hecho que resultó decisivo durante la guerra fue la derrota de la incursión terrestre sionista en el Sur del Líbano.

En los últimos días de la guerra, el mando militar israelí quería aplicar su doctrina militar basada en la rápida incursión de blindados en los territorios montañosos y boscosos del Sur del Líbano frente a la guerra de guerrillas llevada a cabo por los combatientes de Hezbolá.

En busca al fin de un éxito después de haber sufrido una serie de fracasos desde el inicio de la ofensiva contra el Líbano, Israel envió el 9 de agosto el batallón 162 para avanzar hacia Wadi Huyair (el Valle de Huyair), al sur del Río Litani, con el fin de recoger informaciones sobre la naturaleza del terreno y determinar los ejes en los que tendría lugar la progresión de su fuerza blindada.

Los israelíes ignoraban lo que les esperaba: con el avance del batallón citado, los combatientes de Hezbolá conocieron cuáles iban a ser los movimientos sionistas y reforzaron su presencia en el lugar a la espera de la llegada de los soldados enemigos.

Ellos desplegaron plataformas de misiles antitanque. Tras los bombardeos de la artillería israelí, la fuerza blindada entró en el valle próximo a Hunin y progresó en los pueblos de Odeissah, Reb Tlatin y Taybeh para asegurar el eje que lleva a Wadi Huyair.

Una vez llegada al paso de Taybeh y antes de entrar en el Valle de Huyair, la resistencia atacó con misiles antitanque a los tanques Merkava y los bulldozers Caterpillar 09. Los israelíes admitieron en sus comunicados militares que 12 soldados resultaron muertos o heridos y que seis tanques Merkava habían sido destruídos.

Esto sucedió únicamente al principio de la batalla, que fue conocida posteriormente como la "hecatombe de los Merkava".

Justo después del ataque, los tanques israelíes intentaron tomar el camino del este, a través del pueblo de Qantara. Los combatientes de Hezbolá destruyeron entonces otros 4 tanques frenando el avance de la fuerza blindada.

Frente a tales acontecimientos, el ejército israelí envió a sus fuerzas de infantería al eje del oeste que lleva también al Valle de Huyair, junto al pueblo de Ganduriyeh. Los soldados de infantería fueron encargados de determinar las posiciones en que tendrían lugar las emboscadas a lo largo de la ruta. Sin embargo los combatientes de Hezbolá se enfrentaron directamente con estos últimos. Trece soldados israelíes resultaron muertos o heridos. Esto empujó a la fuerza blindada a avanzar para cubrir la evacuación de los cuerpos de los soldados y de los heridos.

Un convoy de carros penetró en el valle desde el pueblo de Ganduriyeh. De nuevo, los combatientes de Hezbola estaban listos para dar una respuesta y lanzaron misiles antitanque destruyendo a otros nueve tanques de tipo Merkava.

A continuación, y tras la entrada del resto de la fuerza en el interior del valle, los misiles de Hezbolá fueron lanzados desde todos los lados sobre los tanques israelíes. En pocos minutos, otros 39 tanques fueron destruídos.

Los combatientes de Hezbolá impidieron a las fuerzas israelíes proteger sus vehículos, que habían quedado expuestos al fuego directo de la resistencia. Además, 12 bulldozers fueron igualmente calcinados.

De los 90 tanques enviados en dirección al Río Litani, sólo 4 llegaron a la localidad de Ganduriyeh.

Los soldados sionistas que huyeron del lugar afirmaron haber visto el infierno con sus propios ojos.

Infierno israelí, la gran victoria de la resistencia

Fue sobre el marco de este infierno israelí que Hezbolá conmemora este año la victoria de la Guerra de Julio de 2006.

Este año las festividades tendrán lugar en el Valle de Huyair.

El mensaje a los israelíes está claro: la historia se escribe sobre las rocas sobre las cuales vuestra ola se estrelló.
Agosto de 2006: la hecatombe de los Merkava israelíes en el Sur del Líbano
El 14 de Agosto de 2006, y tras 33 días de feroz ofensiva israelí en el Líbano con el objetivo de eliminar a la Resistencia y sus partidarios, el cese el fuego entró en vigor.

La amplitud de la destrucción infligida a la infraestructura del Líbano, en los edificios residenciales y en los sectores vitales, y el elevado número de víctimas entre los civiles son conocidos de todos.

Pero, como en toda guerra, algunos hechos cruciales en su desarrollo continúan ocultos y se han visto relegados por las imágenes de las víctimas y las atrocidades. Sin embargo, un hecho que resultó decisivo durante la guerra fue la derrota de la incursión terrestre sionista en el Sur del Líbano.

En los últimos días de la guerra, el mando militar israelí quería aplicar su doctrina militar basada en la rápida incursión de blindados en los territorios montañosos y boscosos del Sur del Líbano frente a la guerra de guerrillas llevada a cabo por los combatientes de Hezbolá.

En busca al fin de un éxito después de haber sufrido una serie de fracasos desde el inicio de la ofensiva contra el Líbano, Israel envió el 9 de agosto el batallón 162 para avanzar hacia Wadi Huyair (el Valle de Huyair), al sur del Río Litani, con el fin de recoger informaciones sobre la naturaleza del terreno y determinar los ejes en los que tendría lugar la progresión de su fuerza blindada.

Los israelíes ignoraban lo que les esperaba: con el avance del batallón citado, los combatientes de Hezbolá conocieron cuáles iban a ser los movimientos sionistas y reforzaron su presencia en el lugar a la espera de la llegada de los soldados enemigos.

Ellos desplegaron plataformas de misiles antitanque. Tras los bombardeos de la artillería israelí, la fuerza blindada entró en el valle próximo a Hunin y progresó en los pueblos de Odeissah, Reb Tlatin y Taybeh para asegurar el eje que lleva a Wadi Huyair.

Una vez llegada al paso de Taybeh y antes de entrar en el Valle de Huyair, la resistencia atacó con misiles antitanque a los tanques Merkava y los bulldozers Caterpillar 09. Los israelíes admitieron en sus comunicados militares que 12 soldados resultaron muertos o heridos y que seis tanques Merkava habían sido destruídos.

Esto sucedió únicamente al principio de la batalla, que fue conocida posteriormente como la "hecatombe de los Merkava".

Justo después del ataque, los tanques israelíes intentaron tomar el camino del este, a través del pueblo de Qantara. Los combatientes de Hezbolá destruyeron entonces otros 4 tanques frenando el avance de la fuerza blindada.

Frente a tales acontecimientos, el ejército israelí envió a sus fuerzas de infantería al eje del oeste que lleva también al Valle de Huyair, junto al pueblo de Ganduriyeh. Los soldados de infantería fueron encargados de determinar las posiciones en que tendrían lugar las emboscadas a lo largo de la ruta. Sin embargo los combatientes de Hezbolá se enfrentaron directamente con estos últimos. Trece soldados israelíes resultaron muertos o heridos. Esto empujó a la fuerza blindada a avanzar para cubrir la evacuación de los cuerpos de los soldados y de los heridos.

Un convoy de carros penetró en el valle desde el pueblo de Ganduriyeh. De nuevo, los combatientes de Hezbola estaban listos para dar una respuesta y lanzaron misiles antitanque destruyendo a otros nueve tanques de tipo Merkava.

A continuación, y tras la entrada del resto de la fuerza en el interior del valle, los misiles de Hezbolá fueron lanzados desde todos los lados sobre los tanques israelíes. En pocos minutos, otros 39 tanques fueron destruídos.

Los combatientes de Hezbolá impidieron a las fuerzas israelíes proteger sus vehículos, que habían quedado expuestos al fuego directo de la resistencia. Además, 12 bulldozers fueron igualmente calcinados.

De los 90 tanques enviados en dirección al Río Litani, sólo 4 llegaron a la localidad de Ganduriyeh.

Los soldados sionistas que huyeron del lugar afirmaron haber visto el infierno con sus propios ojos.

Infierno israelí, la gran victoria de la resistencia

Fue sobre el marco de este infierno israelí que Hezbolá conmemora este año la victoria de la Guerra de Julio de 2006.

Este año las festividades tendrán lugar en el Valle de Huyair.

El mensaje a los israelíes está claro: la historia se escribe sobre las rocas sobre las cuales vuestra ola se estrelló.
http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?eid=103354&frid=23&seccatid=31&cid=23&fromval=1

lunes, 3 de agosto de 2015

Países que financian el terrorismo se reúnen en Madrid, bajo los auspicios de la ONU, para decidir cómo acabar con Siria

Países que financian el terrorismo se reúnen en Madrid, bajo los auspicios de la ONU, para decidir cómo acabar con Siria

 

El descaro y la hipocresía del neoliberalismo y sus medios hegemónicos ocultan a sus súbditos y audiencias que el ISIS fue una creación del gobierno de Obama, en la que participaron las dictaduras del Golfo Pérsico (principalmente Arabia Saudita), además de buena parte de los gobiernos europeos.

JOHN MC CAIN POSANDO CON ELEMENTOS COMO EL LÍDER DEL ISIS, ABU BAKR, DE AL QAEDA  Y  DE LOS “REBELDES DEL EJÉRCITO LIBRE SIRIO”: TODOS CONTRA EL GOBIERNO DE AL-ASSAD
JOHN MC CAIN POSANDO CON ELEMENTOS COMO EL LÍDER DEL ISIS, ABU BAKR,
 DE AL QAEDA Y DE LOS “REBELDES DEL EJÉRCITO LIBRE SIRIO”:
 TODOS CONTRA EL GOBIERNO DE AL-ASSAD
La guinda de este pastel sangriento se colocó en Madrid, donde más de 200 expertos de 70 países y unos 30 ministros de Interior y Asuntos Exteriores inauguraron ayer lunes una reunión, respaldada por el Comité contra el Terrorismo de Naciones Unidas en Madrid, para discutir las maneras de evitar que combatientes extremistas se unan al ejército que fundó el senador estadounidense John Mac Cain.
Curiosamente, no tratan de “eliminarlo”, sino de impedir que aumente el número de militantes, lo que elevaría el dispendio que sale de las arcas de Washington, Bruselas y Riad.
El objetivo del encuentro, que finaliza hoy martes, es desarrollar una serie de estrategias y técnicas para guiar a los Estados miembros en sus esfuerzos por abordar el problema que plantea ese crecimiento de elementos.
Ni una palabra sobre el armamento que utilizan los miembros de ese colectivo, habitual en las FFAA europeas y norteamericanas. Ni una palabra sobre los miles de millones de dólares provenientes de la explotación y venta de los pozos petrolíferos que controla el ISIS en Libia y Siria.
Ni una palabra sobre por qué la banca privada del viejo continente, además de la estadounidense, no es capaz de bloquear las cuentas corrientes en las que se ingresan cantidades enormes de dólares y euros, que sirven para que el ISIS pueda adquirir vehículos, misiles, tanques de última generación y armamento químico.
Los terroristas de ISIS se han hecho con el control de grandes territorios en Iraq y Siria, gracias al bloqueo que la Unión Europea y EE.UU. (Turquía juega un papel preponderante en esa estrategia) mantienen contra el gobierno legítimo de Bashar Al-Assad, objetivo último del yihadismo y del neoliberalismo, dos caras de la misma moneda.