domingo, 1 de mayo de 2011

1º de Mayo ROMPAMOS EL PACTO SOCIAL, LUCHEMOS POR NUESTROS DERECHOS


Desde el estallido de la actual crisis capitalista las condiciones laborales y de
vida de la clase trabajadora están siendo golpeadas por la implantación de
medidas antisociales que tienen un sólo objetivo: cargar las consecuencias de la
crisis sobre las espaldas de la mayoría trabajadora. Para ello la burguesía y sus
gobiernos no están dudando en arrasar con derechos históricos adquiridos,
demostrándose una vez más la falacia que trató de presentar al capitalismo
como el modo de producción capaz de asegurar un futuro digno próspero y
estable, también para la clase obrera.
Por otro lado se comprueba el papel histórico que la socialdemocracia (PSOE)
vuelve a jugar como herramienta política al servicio de los intereses de la
oligarquía financiera. Regalando miles de millones de euros para salvaguardar
los beneficios bancarios; aumentando los precios de los carburantes, de las
tarifas eléctricas, o facilitando la subida de los precios de los alimentos de
primera necesidad, y todo ello mientras reducía o eliminaba impuestos a la
minoría explotadora; permitiendo el desahucio de cientos de miles de familias
trabajadoras, protegiendo así los intereses de inmobiliarias y entidades
financieras. También la ha visto privatizar servicios públicos, imponer una
contrarreforma laboral que facilita el despido o que precariza aún más el
mercado laboral; aplicar una contrarreforma del sistema de pensiones que exige
trabajar más años para cobrar menos. Y la está viendo preparar una
contrarreforma de la negociación colectiva que, pretendiendo calcular los
salarios en función de la llamada productividad, va a aumentar el grado de
explotación de la clase obrera.

Por ello la clase obrera ya no puede creer más en el grosero engaño de seguir
considerando un gobierno del PSOE como si fuese algo distinto a lo que pueda
representar otro del PP. Cuando ambos son instrumentos diseñados para ir
turnándose, a través de los procesos electorales, y en función de la coyuntura
política y económica del momento, a salvaguardar los privilegios de una
minoría explotadora.
En el plano político desaparecen también todas las expectativas en cualquier
proceso de  reformas dentro del sistema capitalista, por lo que las
organizaciones  reformistas (IU-PCE) se  convierten en complices de ese
sistema cuando rechazan la necesidad de acentuar la lucha de clases para
confrontar hasta su derrota a los distintos representantes políticos  y económicos

del sistema,  cuando renuncian a la denuncia del capitalismo existente en su
totalidad, y no exclusivamente de unos “excesos” que, dicen, pueden ser
aliviados gracias a reformas parciales o a supuestas mejoras “humanitarias”
del mismo. Se convierten en cómplices del sistema cuando, de facto, renuncian
a derribar el capitalismo, cuando por buscar acomodo en el entramado
institucional burgués desorientan a la clase obrera y al pueblo repudiando la
necesidad de luchar hasta la conquista del Socialismo y el Comunismo.
Pero la crisis capitalista también muestra el papel que las cúpulas de las
organizaciones sindicales mayoritarias juegan en este escenario de crisis. Tras
la contundente Huelga General convocada a regañadientes por esas cúpulas
sindicales ante la exigencia de la misma por la clase obrera, fueron preparando
la enésima traición. Y lejos de abrir un periodo de movilizaciones sostenido en
el tiempo y que aumentase progresivamente el nivel de confrontación hasta
derribar todas y cada una de las medidas que los representantes del capital
tenían previsto aplicar, iba a terminar convirtiéndose en un engaño donde esos
cuadros de mando sindicales cooptados por el poder burgués, jugaron el papel
de desorganizar, desorientar y desmovilizar a la clase obrera con el discurso de
la paz social y con la praxis de la negociación a la baja de derechos.

Este 1º de Mayo debe manifestarse la actitud militante de una clase obrera que,
con su Partido Comunista al frente, sitúe en primer plano una serie de
elementos: el rechazo frontal a la llamada paz social como práctica suicida
para los intereses de una clase obrera, cuyas consecuencias ya está sufriendo
en cuanto a retroceso de derechos se refiere; la necesidad de pasar a la
ofensiva, a organizarse  y preparar las movilizaciones necesarias para, no sólo
recuperar aquello que nos está siendo arrebatado, sino para despojar de sus
privilegios a una minoría cuya opulencia descansa sobre nuestras condiciones
de trabajo y de vida, cada vez más penosas; y, fundamentalmente, para
demostrar la bancarrota definitiva del capitalismo como sistema que nada
positivo tiene que ofrecer a una mayoría obrera y popular que, en
consecuencia, renuncia a depositar sus esperanzas en cualquier reforma del
mismo, y se apresta a combatir por su superación definitiva con la conquista
del Socialismo y el Comunismo.

PARTIDO COMUNISTA DE
LOS PUEBLOS DE ESPAÑA




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