miércoles, 15 de diciembre de 2010

ESTADO DE "AL ARMA".

Así está a día de hoy el Estado español, enestado de “al arma”. Es decir, con sus cuerpos y fuerzas de represión, militares incluidos, dispuestos y en alerta continua para coger las armas y enfrentarse al pueblo en cualquier momento que le sea ordenado por su amos.
No, a diferencia del “Estado de Alarma”, que es un régimen excepcional que está recogido en Ley Orgánica 4/81 de 1 de junio, "de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio", en vinculación directa con el artículo 116.2 de la Constitución monárquica española, el estado de “al arma” no viene recogido en ninguna ley que pueda ser consultada por los ciudadanos, o que haya sido aprobada en Parlamento alguno. Simplemente es una situación de excepcionalidad aprobada en los despachos de los grandes burgueses estatales, con el apoyo y la complicidad del gobierno títere y lacayo de turno, en defensa de sus intereses de clase.
Es decir, el estado de “al arma” se aplica fundamentalmente cuando los poderes fácticos que gobiernan en el estado español, o en cualquier otro país capitalista del mundo, sienten que existe un clima social propicio para la revuelta popular. Esto es, cuando la burguesía sienta que, como dirían los marxistas, las condiciones objetivas de un proceso revolucionario están dadas, el estado de “al arma” se hace presente de manera inmediata.
Este estado, cuando ha de hacerse efectivo, es decir, cuando ha de aplicarse realmente sobre la ciudadanía, puede tener, como ha demostrado la historia, diferentes caras, todas ellas destinadas a ejercer el recorte de derechos y libertades al pueblo trabajador, tratando así de evitar, de manera preventiva, los procesos revolucionarios.
Puede ser la cara del fascismo tradicional, o puede ser la cara de la democracia liberal legislando a golpe de medidas de corte fascista. Puede ser el Golpe de estado fascista, o puede ser la represión a gran escala contra todo aquel que se atreva a disentir de las medias impuestas por las clases dirigentes contra los intereses de las clases trabajadoras. Puede ser el recurso a la vía militar fascista, o puede ser el recurso a la legislación preventiva y parajudicial, que asegure al estado los mecanismos legales necesarios como para poder actuar sin miramientos contra quien considere un enemigo de sus intereses y objetivos antipopulares en ese momento concreto, es decir, enemigo de los intereses de la burguesía que lo domina a su antojo. El rostro final que deba tomar depende del país y el contexto histórico donde quede declarado por la burguesía dicho estado de “al arma”.
El estado de “al arma” es además, como ha quedado una y otra vez demostrado, especialmente efectivo cuando el sistema capitalista atraviesa una de sus cíclicas y recurrentes crisis económicas, especialmente cuando el gobierno burgués tiene la necesidad de legislar en contra de los derechos sociales y laborales de la inmensa mayoría del pueblo. El descontento que tales medidas generan entre la clase trabajadora, ponen entonces al estado en alerta continua y a los cuerpos de represión con sus manos en las armas. Eso es en esencia y existencia el estado de "al arma".
Sepan ustedes, pues, que es este, y no ningún otro, el estado de excepcionalidad que atraviesa a día de hoy el estado español, al igual que ocurre en la inmensa mayoría de países de nuestro entorno. El Estado de Alarma declarado por el gobierno hace una semana y media, ahora ampliado hasta el 15 de Enero, no es más que una muestra de este estado de “al arma” en el que vivimos inmersos todos los ciudadanos y ciudadanas del estado español. Los trabajadores de Delphi en Cádiz, y tantos otros, pueden dar buena cuenta de ello en los últimos días. Y lo que viene será todavía peor, mucho peor.
La única repuesta frente a esto que tienen las clases trabajadoras: el estado de “a la calle”. No creo que haga falta explicar en qué consiste. Pero de este, si llega a implantarse, ya hablaremos en otra ocasión. Y espero que tenga que ser pronto, muy pronto…

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